La gestión de flotas de vehículos ha dejado de ser una simple tarea operativa para convertirse en un factor estratégico clave dentro de las organizaciones modernas. En un entorno empresarial cada vez más competitivo, donde los costes, la sostenibilidad y la eficiencia operativa son determinantes, contar con una gestión profesional de la flota marca la diferencia entre el éxito y la ineficiencia crónica.

Desde hace más de quince años, Advanced Fleet Management Consulting, dirigida por José Miguel Fernández Gómez, ha acompañado a empresas de distintos sectores y países en la transformación de su gestión de flotas, aportando conocimiento práctico, visión estratégica y soluciones adaptadas a cada realidad empresarial.

¿Qué es realmente la gestión de flotas de vehículos?

La gestión de flotas de vehículos engloba todas las actividades relacionadas con la planificación, adquisición, mantenimiento, operación y renovación de los vehículos de una empresa. Sin embargo, reducirla a un simple control de coches o camiones sería un error. Hoy en día, implica la toma de decisiones basadas en datos, el control exhaustivo de costes, la optimización del uso de los activos y la mejora continua de los procesos.

Una gestión de flotas eficaz permite garantizar la disponibilidad de los vehículos, reducir averías, mejorar la seguridad de los conductores y minimizar el impacto medioambiental, todo ello sin perder de vista el objetivo final: maximizar la rentabilidad del negocio.

La experiencia como base del éxito en la gestión de flotas

Hablar de gestión de flotas con autoridad requiere experiencia real. Durante cinco años, José Miguel Fernández Gómez trabajó como gestor de flota en URBASER, donde fue responsable de una flota de 1.000 vehículos dedicados al servicio de limpieza viaria de Madrid. Esta flota incluía vehículos industriales, furgonetas, turismos y barredoras, cada uno con necesidades técnicas y operativas muy específicas.

Esta experiencia directa permitió comprender, desde dentro, los retos diarios a los que se enfrentan las grandes flotas: mantenimiento preventivo, control del consumo, gestión de proveedores, cumplimiento normativo y optimización de recursos en un entorno de alta exigencia operativa.

De la gestión interna a la consultoría especializada

Tras esta etapa, nació Advanced Fleet Management Consulting, con el objetivo de trasladar ese conocimiento práctico a empresas de todo tipo y tamaño. Desde 2007, la consultora ha desarrollado proyectos de consultoría y formación en gestión de flotas de vehículos, tanto en español como en inglés, abarcando distintos sectores y países.

Este enfoque internacional ha permitido identificar patrones comunes, así como adaptar las mejores prácticas a contextos culturales, normativos y operativos muy diversos, demostrando que una buena gestión de flotas no depende del tamaño de la empresa, sino de la calidad de sus decisiones.

Optimización de costes: uno de los grandes desafíos

Uno de los principales motivos por los que las empresas buscan apoyo externo en la gestión de flotas es el control de costes. Combustible, mantenimiento, seguros, leasing, impuestos y depreciación representan una parte significativa del presupuesto operativo.

Una gestión profesional permite analizar cada uno de estos elementos de forma integrada. Por ejemplo, no siempre el vehículo más barato es el más rentable a largo plazo. Evaluar el coste total de propiedad (TCO) se convierte en una herramienta imprescindible para tomar decisiones informadas y sostenibles en el tiempo.

Tecnología y datos: aliados imprescindibles

La digitalización ha revolucionado la gestión de flotas de vehículos. Sistemas de telemetría, plataformas de gestión, análisis de datos y herramientas de reporting permiten hoy un nivel de control impensable hace apenas unos años.

Sin embargo, la tecnología por sí sola no es suficiente. Es fundamental saber interpretar los datos y convertirlos en decisiones prácticas. En este sentido, la experiencia de Advanced Fleet Management Consulting ayuda a las empresas a seleccionar las herramientas adecuadas y, sobre todo, a utilizarlas de forma estratégica, evitando inversiones innecesarias o mal aprovechadas.

Seguridad y personas en el centro de la gestión

Detrás de cada vehículo hay un conductor. Por ello, la gestión de flotas no debe centrarse únicamente en los activos, sino también en las personas. Programas de formación, políticas de conducción eficiente y sistemas de control contribuyen a reducir accidentes, mejorar la seguridad laboral y fomentar una cultura de responsabilidad.

Una flota bien gestionada no solo reduce costes, sino que también protege a sus trabajadores y mejora la imagen corporativa de la empresa frente a clientes, administraciones y la sociedad en general.

Sostenibilidad y futuro de las flotas

La sostenibilidad se ha convertido en un eje central de la gestión de flotas de vehículos. La reducción de emisiones, la electrificación y el uso de combustibles alternativos ya no son una opción, sino una necesidad.

Advanced Fleet Management Consulting acompaña a las empresas en este proceso de transición, ayudándolas a evaluar la viabilidad técnica y económica de nuevas tecnologías, planificar la renovación de la flota y cumplir con las normativas medioambientales sin comprometer la operatividad.

Formación y conocimiento como ventaja competitiva

Otro aspecto clave es la formación. Muchas empresas cuentan con recursos técnicos, pero carecen del conocimiento necesario para sacarles el máximo partido. Los programas de formación en gestión de flotas permiten profesionalizar la función, mejorar la toma de decisiones y crear estructuras internas más sólidas y eficientes.

Invertir en conocimiento es invertir en resultados a largo plazo.

Conclusión: repensar la gestión de flotas como estrategia de negocio

La gestión de flotas de vehículos ya no puede entenderse como una función secundaria. Es un elemento estratégico que impacta directamente en la eficiencia, la sostenibilidad y la competitividad de las empresas.

A medida que el entorno empresarial evoluciona, también lo hacen los retos asociados a la movilidad corporativa. La pregunta que deben hacerse las organizaciones no es si necesitan mejorar su gestión de flotas, sino cuánto están perdiendo por no hacerlo.