Es una persona muy rica, poderosa, importante o influyente que trabaja para cumplir los lineamientos de la élite mundial (grandes poderes económicos). Tal es el caso de los supuestos hombres más ricos del mundo (magnates) y de casi todos los presidentes o ministros de cualquier país.
A los títeres de menor rango o importancia que también trabajan para la élite (famosos y celebridades de la farándula) se les conoce como programados.
Los títeres de la élite global pueden ser personajes de mucho peso político; hay gobernantes, banqueros o empresarios milmillonarios y dueños de grandes corporaciones internacionales; que no son otra cosa que los prestanombres o testaferros de un poderoso y reducido grupo de personas o familias que controlan las economías globales.
A menudo son catalogados como las personas más ricas e influyentes del mundo; aunque en la realidad su supuesta riqueza son sólo números en un ordenador, ya que aunque gozan del poder y los privilegios que la élite mundial les otorga, cuando ya no le sirven a ésta son fácilmente desechados o reemplazados por otros títeres.
Otro rasgo que tienen en común es su falsa filantropía, ya que las donaciones millonarias que hacen y reciben a través de sus "fundaciones" tienen que ir dirigidas a las organizaciones o actividades que la élite les exige. Entre estas donaciones se cuentan las que van destinadas a universidades de renombre, a la promoción del aborto, las migraciones masivas de personas, los movimientos LGBT, guerras, el tráfico de armas entre países, las campañas de vacunación y muchas otras agendas.
Todos los milmillonarios pertenecen a una o más organizaciones secretas o discretas, como la masonería, por poner un solo ejemplo. Su nivel de riqueza y poder personal es proporcional al grado que ostentan dentro de la logía a la que pertenecen.
Algunos títeres están tan dedicados a llevar a cabo los planes de la élite que se apartan de su supuesta actividad empresarial (que fue la que supuestamente los hizo ricos) y se dedican por completo a cumplir la agenda que les marca la élite. Tal es el caso de Bill Gates o de Mark Zuckerberg, por ejemplo.
Muchos de estos títeres también poseen rasgos diabólicos o satánicos en su personalidad. A estos individuos se les conoce como "integrados", ya que su personalidad es como una mezcla de hombre con demonio. Este es el caso de personajes poderosos como Bill Gates, Tedros Adhanom Ghebreyesus y George Soros, por poner tres ejemplos.